jueves, 12 de abril de 2012

La vida enseña más que mucho libros.

                             LA FAMILIA Y LOS AMIGOS, NUESTRO PARACAÍDAS.


Vivimos en una sociedad con modelos de identidad poco sólidos, y eso se ve claramente en la amistad, que sigue siendo un valor eterno, pero para que sea auténtica necesita rigor y entrega por nuestra parte.


¿Cómo tiene que ser el AMIGO PERFECTO? Supongo que esta duda la hemos tenido todos alguna vez. Sobre todo, cuando creces, y te das cuenta de que vas dejando a gente por el camino.
En primaria, celebrábamos nuestros cumpleaños e invitábamos a toda la clase. Todo el mundo era amigo nuestro. Pero, ¿cuándo te das cuenta de quiénes son tus amigos?
Siempre estamos rodeados de personas. De nuestra familia, de los compañeros de clase, los de la urbanización, la gente con la que vamos de vacaciones... pero, ¿son mis amigos?
Ahora a mi me resulta muy fácil distinguir a mis amigos de mis conocidos. Pero no me ha resultado fácil llegar a darme cuenta. 
Tengo que dar gracias por toda la gente que me rodea, que me apoya y me quiere. Que sabe como soy y me quiere así. Que no me ha decepcionado...
Pero no, no todo han sido cosas bonitas, no todo son recuerdos agradables. Aquí es donde quiero hacer más hincapié.
Muchos de los que conocéis mi blog me seguís en Twitter. Pues bien, a muchos os llamó la atención unos comentarios que me escribió una persona, que no era mi amiga, pero si lo habíamos sido, o por lo menos, eso creía yo. Me dedicó todo tipo de comentarios despectivos y destructivos, a los que, gracias a mi educación y valores que he recibido de mi familia, contesté de forma educada y sin faltar al respeto. ¿Porqué cuento esto? Muy sencillo, MIS AMIGAS estuvieron ahí para apoyarme. Para defenderme. Lo que más valoré fue, que ellas, al igual que yo, tampoco se sirvieron de insultos, ni de palabras ofensivas para apoyarme. Ellas la enseñaron como soy yo. Porque ellas me conocen. Sus palabras de apoyo me calmaron y me dieron fuerzas. 
Me podría haber hundido. De echo, si esto hubiera pasado hace un año, no hubiera reaccionado así. Pero no solo no me hundí, si no que llegué a una conclusión, solo puede ser envidia. Pero no, para nada envidia física. Envidia de lo que tengo a mi alrededor. Gente que me quiere y me respeta. AMIGOS Y FAMILIA QUE ME APOYAN, SIEMPRE.


La familia y los amigos son nuestro paracaídas. Si están bien construidos y bien atados, nos rescatarán siempre.


GRACIAS A LOS PARACAÍDAS DE MI VIDA, CON LOS QUE SÉ QUE PUEDO CONTAR SIEMPRE.


                                                               MI FAMILIA:



                                                    MIS AMIGOS DEL COLEGIO


                                                   
                                                        MIS AMIGOS DEL GRUPO

 

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