¿Quién quiere ser nadie?
Supongo que es ahora cuando te das cuenta de sus errores. Ahora te has quitado la venda de los ojos y sabes como es. Nunca hubieras esperado esa decepción, ni tan siquiera pensabas que tuviera algún defecto. Te resignabas a pensar que era especial, era un sentimiento donde no cabía desilusión. El afán por demostrarte a ti misma su perfección ha hecho que al abrir los ojos se hiciera algo insoportable. No esperabas que esa perfección que tanto le buscabas no fuese más que egoísmo, vanidad y orgullo.
Ya lo dicen: Nadie es perfecto, ¿Quién quiere ser nadie?
Silvia Álamo Bravo.
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